«Claudio Abbado siempre estuvo muy vinculado con España. Aseguraba que su nombre venía de aquí porque estaba escrito en una de las columnas de las entradas de Alhambra de Granada», recuerda Carmelo di Gennaro, director del Instituto Italiano, en Madrid y Granada, que mantuvo una cercana relación con el director de orquesta, «cuando empecé a trabajar como crítico de música, primero, y después cuando me dediqué a la gestión».
«Fue a finales de los años 80, cuando ya había acabado su etapa en Viena, y comenzaba la de Berlín. Entonces decidió iniciar un proyecto en la pequeña ciudad de Ferrara (a dos horas de Milán). Aquello resultó una novedad. Allí llevó adelante proyectos como el 'Viaggio a Reims', 'El barbero de Sevilla', 'Simon Boccanegra'. También recuerdo una extraordinaria 'Tercera' de Mahler. Abbado programaba allí a la altura de las grandes ciudades»
Ya como gestor, Di Gennaro fue, junto al director artístico del Teatro Real, Antonio Moral, quienes le trajeron en la que sería «la última ópera que dirigió, 'Fidelio'. Fue un privilegio -señala-. Vino con la Mahler Chamber en una gira que terminó en Módena -explica-. Después quiso hacer algunos proyectos para Aix-en-Provence-, como 'Lulú' y unas 'Bodas', pero no fue posible por motivos de salud».
El director del Instituto Italiano destaca del director de orquesta su interés «la calidad de la música por encima de todo. No le interesaba el dinero y muy poco el poder, solo en la medida que le permitiera desarrollar proyectos».